viernes, 15 de agosto de 2008

Esperar en Dios

Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor… Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Salmo 40.1
“Esperar”, es segura complacencia, es saber que cuando llegue lo esperado, disfrutarás la alegría de aquella espera, y vivirás a plenitud con lo logrado.
La palabra “esperar” tiene aquí un significado diferente; significa “hacer un stop para recibir lo que Dios tiene para ti”. En vez de optar por la pasividad, debemos dejar de actuar y simplemente escuchar las instrucciones de Dios donde sea su santo Espíritu quien realmente tenga el control de nuestra vida. A veces, el Señor permanece en silencio por un tiempo, pero Él siempre tiene un propósito, a veces creemos que está ausente de lo que está sucediendo a nuestro alrededor; pero la buena noticia es que el sabe cuál es el tiempo perfecto para nosotros actuar, y hasta que llegue ese momento tenemos que esperar. Se requiere más fortaleza para estar quietos en medio de una tormenta, que buscar desesperadamente nosotros mismos la solución.

Una de las cosas más difíciles que debemos hacer como cristianos, es “esperar en silencio lo que Dios realmente hará en cada uno de nosotros”. Pensamos que esperar es adoptar una actitud pasiva hasta que suceda algo. Sin embargo, en medio de un acontecimiento tormentoso en nuestra vida, sentimos que la circunstancia es lo que ha de determinar toda la situación, no queremos esperar, porque simplemente estamos acostumbrados a que todo sea de una manera instantánea y nuestro instinto es reaccionar rápidamente y forzar el cambio de las cosas. Pero ¿sabes? La escritura declara que nunca hemos visto un justo desamparado y sin respuestas o que quedare en sufrimiento, sólo hemos de esperar pacientemente en aquél que realmente allí en la cruz del Calvario sufrió cruentos dolores tanto físicos, morales y espirituales y que hoy día nos da esperanza y una salvación eterna a nuestras almas. Necesitas entender que Dios tiene un plan precioso para tu vida, porque eres una criatura única y con propósitos definidos e individuales y más cuando tienes un corazón contrito y humillado ante él. Entrega confiadamente tu vida a él, como un niño recién nacido descansa al cuidado de su madre y verás como el santo espíritu ha de hacer grandes cosas, así como lo hizo con grandes hombre de la Biblia, que creyeron por fe, se mantuvieron como viendo al invisible y Dios cumplió lo que había prometido en ellos.

Así mismo cumplirá lo que ha prometido a nuestras vidas, porque es el mismo Dios de que ha existido desde el inicio de la existencia de este mundo.

Espera en silencio sin quejarte, y deja que el creador obre porque el todo lo ha hecho hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, por tanto debemos confiar en la sabiduría, el amor, el poder y el tiempo perfecto de Dios.

El secreto para tener paz en medio de la tormenta, es esperar en Dios solamente. Si nos negamos a hacer eso, es probable que tomemos decisiones equivocadas. Dios escucha nuestras oraciones, pero debemos esperar en silencio y escuchar Su respuesta.

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