martes, 19 de agosto de 2008

Los sueños que están en el corazón de Dios


La actitud de los grandes no es rendirse… La actitud de un vencedor es luchar por lo que anhela alcanzar… Un guerrero de Dios no ve las circunstancias, ve la victoria…

“Los sueños que están en el corazón de Dios
para cada uno de nosotros”

Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos;
y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.
Génesis 37:05

Cada uno de nosotros tiene muchos sueños que están en el corazón de Dios el cuál desea que se cumplan; estos se unen a nuestro corazón con el destino que el tiene para nosotros. Sueños que irán en ascenso a medida que pasa el tiempo, aún cuando las circunstancias determinen lo contrario.

José fue un gran soñador a pesar de las pruebas, su fe y su confianza siempre estuvo en Dios, ya que el creyó que en el corazón de Dios estaba el que se cumpliera eso con lo que había soñado.

A veces el Señor nos ha de dar los mejores sueños en los lugares más duros y fuera de lo común; muchas veces ante nuestros ojos humanos, “imposibles”, pero de una cosa si estemos seguros, que el cumplirá su palabra determinada a cada uno de nosotros, ya que su santo Espíritu es quien nos ha de guiar.

Es de resaltar en la historia de José, que para el no fué nada fácil ver cumplido su sueño, puesto que pasó muchas vivencias negativas, situaciones que retaron su propias convicciones y que golpearon su propia vida, donde no ponemos a pensar y a meditar su situación en nuestra mente humana, que hubo momentos en las que parecía que las muchas tormentas habían ahogado ese sueño puesto por Dios en su corazón, pero el decidió tener fe, ”certeza de lo que esperaba, convicción de lo que no veía”, y eso agradó a Dios, su entrega completa aun cuando no entendía la situación, y decidió no actuar a su voluntad humana o a lo que veía por vista sino que creyó a lo que Dio le había prometido, y por ello alcanzó a ver la gloria de Dios en su vida.

Uno de los lugares por las que atravesó José fue la Cisterna (Gén. 37:20). Eso nos habla que los pozos o cisternas que se levantan contra nosotros pueden estar representados por pozos de tristeza, de depresión, heridas, fracasos de los muchos intentos de un pasado que no te dejan ver lo deseado; Sin embargo en José vemos un ejemplo magno que salió del pozo de una manera victoriosa y pasa a otro nivel que fue la cárcel (Gén. 39:20). Pero es de notar que ni aun la prisión detuvo el sueño por la cual el mantenía su plena convicción de que El Dios en quien creía, a su tiempo perfecto cumpliría esa palabra que le había prometido y que no importando las vicisitudes es decir, la prisión o la cisterna, saldría victorioso, ya que mayor es el que estaba en el, que el que estaba fuera, porque Dios era su estandarte, su socorro y su pronto auxilio en la tribulación y que nada le podría separar de el.

Por último José pasa a otro nivel que es el trono, donde reinaba, escalón que tú y yo hemos de llegar, donde viviremos por encima de las circunstancias y hemos de ver cada situación como un recurso que Dios utiliza para mostrarnos su gloria y para que realmente seamos guiados por el Espíritu Santo y no demos un paso si El no nos lo ha indicado en el momento de intimidad con el cada día.

Nuestra Obediencia a Él es lo que determinará la salvación de muchas personas, no somos indispensables pero, ¿sabes que? El corazón de Dios se alegra cuando cumplimos su sueño y nuestro corazón también se alegra. La obediencia tiene que ser inmediata. El sueño de Dios no es sólo para que se cumpla en mi, sino, hasta la primera, segunda, tercera y cuarta generación. Tú que tienes un sueño de Dios en tu corazón necesitas aprender a reposar en Él, aunque no veas nada, mantente prósigo hacia la meta y a su tiempo verás su gloria, por tanto no desmayes en tu sueño sino créele a Dios y no dejes que el ladrón de tus sueños te los quite. El Señor en su palabra nos dice “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Dtb

Maide

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